viernes, 16 de marzo de 2018

Microcuentos

Después de toda una eternidad pensando, halló un buen inició para su libro: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo…”
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Llegó la armadura que compré en eBay. No estaba vacía.
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CIEN
Vivir cien primaveras fue hermoso. Duros fueron los cien fríos inviernos y los cien abrasadores veranos.
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Cogió el sapo, se lo acercó a la boca y le dio un beso. ¡Plof! Apareció un bello príncipe, que la denunció por zoofilia.
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BLOQUEO DE ESCRITOR
Fue el único superviviente de una escuadrilla kamikaze. Nunca emprendió el vuelo. No fue capaz de escribir el haiku de despedida.
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Los veganos fueron infelices cuando supieron cómo acabaría el cuento.
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MORTALES CELOS
No, no quiero que Clementina venga a visitarme. Por aquí se rumorea que el sepulturero es un mujeriego.
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Cuando vio que eran las 00:15, se llevó una decepción: la mujer con la que había bailado toda la noche no era Cenicienta.
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Abrieron el mensaje y lo leyeron: “¡Socorro! Mi nave naufragó en el sistema Sigma Lambda 43. Año 18347”. ¡Qué curioso leer algo escrito hacía ya veintisiete siglos!
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La bruja le dio a su aprendiz la primera lección: hizo que Gretel probara la carne de Hansel. Y le gustó.
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Vlady, te he dicho que llevas la corbata torcida. ¿Por qué no te miras en el espejo?
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El pastor tenía tan pocas ovejas que no podía dormir.
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Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Pasado el inicial sobresalto, su familia lo vendió al Circo Barnum, que estaba de gira por Bohemia.
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Se entregó a la policía porque era muy tímido. Le había puesto nervioso que setenta y dos vírgenes le estuvieran esperando en el cielo.
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–¿Qué es lo que quieres que te haga? –le preguntó el peluquero.
–Lo de siempre, que me recortes las puntas –respondió Hellboy.
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El coach le asignó una tarea: tenía que jugar con sus compañeros. Le expulsaron del instituto por quemar el coche de la profesora.
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EL MEDROSO
El XII Conde de Tinmouth no podía dormir. Bajó a la biblioteca. El IV Conde de Tinmouth apenas si tuvo tiempo de esconderse.
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Después de la cita a ciegas con Soixante-Neuf, cambió el perfil: Chico un poco tímido.
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Entró en el castillo, mató al dragón y liberó a la princesa. Fue condenado a cuarenta años de cárcel por asalto, asesinato y rapto.
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Besó a la Bella Durmiente, que se despertó, le arreó un sopapo y siguió durmiendo.
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Pablito, de ocho años, encontró la manera de hacerse rico, vivir en una casa con piscina e, incluso, tener su propio equipo de fútbol. No imaginaba cómo esa idea no se le había ocurrido a nadie. Pablito guardaría en sacos el frío del invierno y lo vendería durante el verano.
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–En el puente de Andalucía voy a ir a Vitoria-Gasteiz. ¿Y tú?
–Yo iré a Granada-Graná.
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En la enfermería de la plaza recordó que había olvidado rezarle a la Virgen de Guadalupe.
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–Narciso, ¿cómo empezó todo?
–Pues resulta curioso. Todo empezó porque el doctor me dijo que debía tener más amor propio.
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–No te soporto.
–Te entiendo. Yo tampoco me soporto.
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–Siri, ¿te casarías conmigo?
–Lo siento, no estoy autorizada a hacer eso.
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–Siri, estoy tan solo. ¿Qué podría hacer?
–Lo siento mucho pero ahora mismo no puedo ayudarte. Inténtalo de nuevo dentro de un rato.
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–¿No deseas que acabe febrero?
–Y marzo. Y abril...
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–Narciso, ¿cómo empezó todo?
–Pues resulta curioso. Todo empezó porque el doctor me dijo que debía tener más amor propio.
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Scheherezade rezaba todas las noches. Al sultán Schahriar aquellas oraciones le sonaban a cuento.
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Antes de empezar el combate, etolios y acarnanios rezaron fervorosamente a Zeus. La batalla quedó en tablas.
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El capellán carlista le administró la extremaunción al herido. Y, a continuación, lo remató de un trabucazo.
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Ni sospecha el monje cartujo que en su anterior vida fue portavoz parlamentario del partido gubernamental.
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Fray Miguel tenía la mala costumbre de rezar en voz alta. Le acabaron expulsando de la Orden de los Cartujos.
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Viéndola tan reconcentrada, creían que Sor Juana Inés rezaba. En realidad estaba pensando en la rima de su próximo poema.
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TIEMPO ENLOQUECIDO
Los agricultores le pidieron lluvia a San Isidro. Los hoteleros rogaron a San Francisco Javier que siguiera soleado.
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Encargaron a Genetix Corp un clon para que hiciera compañía a su hijo. No soportaban verle jugar solo.
Al clon le gustaba la soledad.
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Recordando la apuesta de Pascal, el moribundo le pidió perdón a Dios. Yum Kimil, el Señor de la Muerte, arrojó su alma al inframundo.
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Por la mañana quemaron a la bruja. Por la noche se le apareció a todos los jueces que la condenaron.
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Encontró un huevo de oro en el gallinero. Llevó a la gallina a la granja donde la había comprado y muy enfadado exigió que le dieran lo que había pedido: un pollo de engorde.
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No imaginaba que su suegro, su suegra, sus cuñados y sus sobrinos se mudarían a vivir con ellos cuando se casó con Soledad.
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–Soy Foxy Brown.
–Pues estás de suerte: yo soy un blanco fácil.
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Se fue al desierto y se hizo eremita porque le gustaba la soledad. Sin embargo, tuvo que dejarlo. Dios se le metía en la cabeza.
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Estaba solo. No podía con el aburrimiento. Tuvo que idear una manera de divertirse.
–Hágase la luz –dijo.
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Apenas han comenzado el viaje, que creen infinito. Aún no saben que el río no para de fluir. Antes de que se den cuenta, llegarán al curso medio. Y, aunque todavía crean estar allí, se irán aproximando inexorablemente a la desembocadura. Entonces, todo habrá acabado.
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La nube de langostas tuvo que desviarse. Las políticas del Gran Líder habían arrasado el país.
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Como era habitual, esperó al último instante. Levantó el teléfono. Había línea. Volvió a colgar. Dejó pasar varios minutos. El tiempo se cumplió. El condenado había sido ejecutado. Sonrió. Acababa de ahorrar al Estado treinta años de comida y alojamiento.
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El general Na Chiangmai ha encontrado la solución para impedir ser invadidos por los anisópteros: convertir la Tierra en un páramo desierto, matar a toda la población. Su propuesta va a ser votada ahora por los Jefes de Estado Mayor.
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Dos meses solo. No aguantaba más. Apagó las luces y salió de casa. Un paseo bajo la lluvia le haría bien.
Un barco encalló. Diez muertos.
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Produciendo garrafón, se siente Jesús: transforma el agua en vino.
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–A mis órdenes, todos fuera de la trinchera.
Saca la pistola de la funda y la amartilla.
–¡Adelante! ¡¡Al ataque!! –grita.
Nadie le sigue.
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STRIP READING
Este libro no para de sorprenderme. Me está dejando desnuda.
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Clémentine propuso a Odile que jugaran a las bodas. Celebrarían una fastuosa ceremonia. Sólo que para Clémentine no sería un juego.
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Por fin, después de 147 intentos, la ceremonia del té real salió bien.
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In vino mendacium. Estaba achispada y él le pareció atractivo.
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Cuando juega con sus compañeras de colegio, la princesa siempre elige el papel de villana.
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Donald se siente joven y atractivo cuando besa a Melania. Cuando besa a Donald y, sobre todo, cuando rechaza darle un beso, Melania se siente poderosa.
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–No está bien que el hombre esté solo.
–¿Y qué me dices de ti?
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Por las noches, recorría disfrazado las calles, entraba en las posadas, charlaba con extraños. Al amanecer, volvía a la soledad del trono.
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Bajó a la calle. Echó la postal al buzón. Regresó al piso. Esperó nervioso la llegada del correo.
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Calculó mal. Los veinte mil euros que dejó en su testamento a la Iglesia no bastaron para garantizarle el cielo.
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Se dieron cuenta de que era el momento de abandonar el país. La economía estaba muerta. Los fondos buitre habían llegado.
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Compró marcos alemanes. La libra se devaluó. Ganó mil millones. Financió un parque en Londres. Le nombraron caballero del Imperio Británico.
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DÍA DE OFICINA
Subió por el ascensor, perdió 600 millones de dólares y salió por la ventana.
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–¿Por qué queréis que muera?
–Porque se ha autonombrado presidente vitalicio.
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A PRUEBA DE TODO
Ya he viajado al Cretácico siete veces. He matado dos mariposas y cinco dinosaurios y no he conseguido que cambie nada. Trump sigue siendo presidente.
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–¿El cielo?
–Otro iluso.
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Todas las noches, antes de irse a dormir, Sacul de Destomo les ordena a sus androides que cuenten ovejas eléctricas.
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El especulador apostó toda su fortuna a que el dólar se iba a devaluar. Y luego se presentó a la presidencia.
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SIMPLES MATEMÁTICAS
Un león más una gacela es igual a un león saciado, siete hienas repletas y diez buitres ahítos.
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El tiempo es otoñal. Siempre están cayendo hojas del calendario.
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Agradecidos, los troyanos decidieron ofrendar a Poseidón el caballo de madera. Lo arrojaron al mar.
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El abogado del diablo fue tan persuasivo que logró que hicieran santo a Satán.
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TRAMA MADOFF
Insultó a un policía. El juez le envió a prisión. Y, por fin, consiguió que le encerraran junto a Madoff, el hombre que le había arruinado.
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MORAL ALCOYANA
No lo había perdido todo. Aún conservaba el primer billete de mil pesetas que había ganado. Fue al Banco de España a cambiarlo por euros.
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¡Quiero la hoja de quejas y reclamaciones! El viaje ha sido para morirse. Pagué un óbolo… ¡y no para cruzar el Leteo en las entrañas de un pez!
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¿Se puede saber dónde estoy? Un muñeco de madera con la nariz muy larga me dijo que esta ballena me llevaría directamente a Tarsis.
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Subido en la cofa del palo de mesana, observó aterrado el horizonte. El océano se acababa.
–¡El abismo, el abismo! –gritó Rodrigo de Triana.
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EL RUIDO DE UN TRUENO 2
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
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Cambió euros por dólares, dólares por yenes, yenes por bitcoins, bitcoins por euros, el adosado en Pozuelo por un piso de alquiler en Vallecas.
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ESCRUPULOSO ADÁN
–Toma, come.
–¿Sin lavarla primero?