viernes, 12 de enero de 2018

Microcuentos

Me prometió la Luna. Le dije que dejara de regalarme tonterías.
--
Frotó y frotó la lámpara. La rayó. Y consiguió que a su mujer le saliera el genio.
--
El alcalde estaba realmente indignado: su secretario, al que había pedido que le escribiera el artículo, había plagiado a Stéphane Hessel.
--
El niño pidió a Papá Noel que le regalara tres Reyes Magos.
--
REGALO CONTAMINANTE
Los ecologistas denunciaron a los Reyes Magos por regalar carbón.
--
Los críticos le acusaron de plagiar el silencio de J. D. Salinger.
--
El pintor está indignado. En la exposición de expresionismo abstracto han colocado su cuadro al revés.
--
Los asistentes a la Conferencia sobre el Cambio Climático estaban indignados: las habitaciones no tenían ni agua caliente ni calefacción.
--
A Judas, por portarse mal, los Reyes Magos le trajeron carbón
--
Había fracasado en todas sus aspiraciones, así que planeó suicidarse. Fracasó.
--
Sus padres no tenían los papeles en regla para pasar de Galilea a Judea. Acabó naciendo en Nazaret.
--
El presidente estaba harto de que le pitaran por la calle y le insultaran en Twitter. Para vengarse decidió dejar una deuda pública bestial.
--
No te da vergüenza acostarte con esa mala pécora del 4º B. Ahora todas sabrán que eres un desastre en la cama.
--
La casa de papel fue la única que resistió el terremoto.
--
A nadie le extrañaba que el escritor de microcuentos viviera en un piso con paredes de papel.
--
PAREDES INDISCRETAS
Hija mía, esa mala pécora del 4º B le dijo anoche a su marido en el dormitorio que te acuestas con el pelijas del 7º C. ¿No será verdad?
--
MELÓMANO Y PUNK
Estaba cansado de oír, durante todo el día, sinfonías de Mahler. Por la noche, antes de ir a trabajar, ponía Los Ramones en modo repetición.
--
CARVERIANA
Mis nuevos vecinos son muy aburridos: están todo el día fuera y sólo regresan para dormir. No me dan ideas para escribir un cuento.
--
Al ganador del Certamen Internacional de Origami le vino bien el premio: pudo dejar de vivir en una casa de papel.
--
La vecina llevaba dos horas escuchando canciones de Michael Bublé. Supo que había llegado el momento de ir a pedirle azúcar.
--
LIBRO MALDITO
Al abrir la página 54, el lector se moría de miedo.
--
APOCALIPSIS ZOMBI
Cogitat ergo comederit.
--
En septiembre repitió los errores del pasado.
--
El ministro le pidió al arquitecto que proyectara, por si acaso, un túnel debajo de la prisión.
--
No le preocupan los zombis. No tiene cerebro.
--
El Rey le pidió consejo y el Sabio, que se jugaba el cuello, le dijo lo que quería oír.
--
El oráculo de Delfos declaró a Sócrates el más sabio de los hombres. A Jantipa, su mujer, le dio un ataque de risa.
--
¿La llave? ¿La llave? ¿Dónde está la llave del cinturón de castidad? Hugo de Vermandois se da un golpe en la frente y lo recuerda de pronto: la ha dejado olvidada en San Juan de Acre.
--
Viajó, amó, venció, lloró, se alegró, vivió. Leyó.
--
Cuando el barman supo que escribía microcuentos, le sirvió un chupito.
--
Salomón ordenó a un soldado que partiera el niño con una espada. Cada madre se llevó una mitad. Los cortesanos –¡qué remedio!– celebraron la sabiduría del rey.
--
Aunque los tres cerditos, Caperucita, su abuela y todo el rebaño de Pedro fueron devorados por el lobo, Félix Rodríguez de la Fuente siguió asegurando que era un animal noble, alegre y sensible.
--
Era un entrenador muy sabio. En la sala de prensa siempre explicaba cómo tendrían que haber jugado sus futbolistas para ganar el partido.
--
EL CUENTO DE CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO FEROZ
Y, aunque feliz, el lobo no comió perdices porque estaba saciado.
--
Le dijo a su marido que dormiría en el sofá si no reconocía que ‘mujeres sabias’ era un pleonasmo.
--
Jantipa está desesperada. Busca por toda Atenas a la amante de su marido, una tal Sofía.
--
Don Quijote sospecha que Frestón ha hecho desaparecer su biblioteca para impedir que pueda superarle en sabiduría.
--
LA MARAVILLOSA HISTORIA DE PETER SCHLEMIHL
Estaba harto de su mala sombra. Por fin, un día, encontró la forma de librarse de ella: la subastó en eBay.
--
Por fin alcanzó la sabiduría: conoció a una mujer.
--
LAS MIL Y UNA NOCHES
Scheherezade era muy lista. ¡Qué de historias inventaba porque no le apetecía irse a la cama con su marido!
--
Cuando su hijo, tras cinco años en Atenas, regresó a casa y dijo que no sabía nada, le pidieron a Sócrates que les devolviera el dinero.
--
EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR
A Carlos V le ha gustado mucho el retrato que León y Pompeo Leoni le han hecho con su traje nuevo.
--
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
–¡Que le corten la cabeza! –ordenó la reina.
El verdugo preparó el hacha. Alicia, asustada, cerró los ojos. Cuando los abrió, se dio cuenta de que estaba a la orilla del río, junto a su hermana, que seguía leyendo un aburrido libro.
--
El presentador de El Precio Justo se despidió: le pagaban poco.
--
El vestido que le gusta está en oferta. Sonsoles esperará a que terminen las rebajas para comprarlo.
--
A sus clientes, siempre que lo pagaran, les hacía de todo, pero nunca les besaba. Jamás. Los besos los reservaba para su hijo.
--
CENICIENTA Y BLANCANIEVES
Cenicienta se casó con el príncipe, que estaba viudo y tenía una hija: Blancanieves.
--
LA NOCHE MIL DOS
La noche mil dos, Scheherezade comenzó a contar la historia del rey Schahriar y de su hermano, el rey Schahzaman.
--
Recorrió hipermercados, droguerías, bazares chinos y, cuando regresó a casa de sus padres, les dijo que ya sabía lo que valía un peine.
--
Aseguraba que era profeta, descendiente de reyes, hijo de Dios. Exageraba. Por él sólo me pagaron una miseria: treinta monedas de plata.
--
Compró viviendas sociales y subió el alquiler. Se enriqueció. En su testamento, donó un piso a la Iglesia. Quiso ganarse el cielo.
--
Para hacerse la interesante, la princesa compró el dragón más caro.
--
Habían llegado ya nueve caballeros al castillo. Y ella seguía soltera.
--
El gerente del hospital le presentó el presupuesto: reimplantarle el brazo costaría doscientos mil dólares; cauterizar la herida, dos mil.
--
A mis compañeras de yoga les extrañó que llamase Eduvigis a mi hija. El nombre viene de familia; así se llama mi tía, que está soltera.
--
Las sesiones de bronceado fueron muy baratas. El dermatólogo le salió por un pico.
--
Engañó a su mujer. Lleno de remordimiento, confesó. El precio a pagar no fue mucho. Sólo le costó cinco padrenuestros y dos avemarías.
--
Las ruedas nuevas habían sido una ganga. Sin embargo, después de derrapar en una curva a causa de la lluvia, el coche no valía nada.
--
Acabó la sequía. El gafe había dejado el paraguas en casa.
--
Los zapatos le salieron muy baratos. El podólogo le costó una auténtica fortuna.
--
–¿Aceptaríais revisar el plan de ordenación urbana por dos millones de euros?
–Podríamos estudiarlo.
–¿Y por cien mil?
–¿Por quién nos tomas?
--
Aunque sus cuentos acumulaban cientos de descargas, comenzó a preparar las oposiciones de auxiliar. Tenía que comer.
--
A Rashid bin Zayed, emir de Hurmuz, le llamó la atención la guillotina que había en el museo. Hizo que la probaran con uno de sus criados.