lunes, 20 de noviembre de 2017

Morir en el mar

Antes del fin, a Federico Barriortúa le consoló pensar que al menos había conseguido librarse del destino de todos sus antepasados: morir en el mar. Un cañonazo inglés mató a su bisabuelo Íñigo en el Santísima Trinidad. Su abuelo Pío desapareció durante una tormenta en un buque bacaladero cerca de Terranova. Corrieron dos versiones sobre la muerte de su padre Koldo: según algunos murió en Gran Sol atacado por un calamar gigante; según su mujer, una noche de guardia cayó al mar borracho como una cuba. Federico nunca subió a un barco y cuando le tocó hacer la mili, se alistó en los paracaidistas. Fue uno de los cien soldados arrojados a Telata para luchar contra los irregulares marroquíes. Resultó malherido durante una salida. Sus compañeros tuvieron que abandonarle. Federico murió en el desierto del Sáhara, rodeado de un mar de arena.