El diagnóstico médico es concluyente: su salud mejorará si se traslada a vivir a la costa. La altitud de Bogotá le matará en pocos meses. Abandonar la capital, empero, le obligaría a renunciar a la presidencia.
No le cuesta resolver el dilema. Prefiere mil veces morir presidente que vivir ignorado.
Microrrelato publicado en RELATOS EN CINCUENTA PALABRAS Y OTRAS MICROFICCIONES