–Le veo muy pálido, señor –le dijo su criado–. No tendría que estar siempre encerrado en casa. Debería salir más. Siga el consejo de los antiguos romanos: Carpe diem.
–¿Carpe diem? ¿Qué significa eso?
–Disfruta el día.
–¡Si serás tarugo...! ¿Cómo pretendes que disfrute el día? –le preguntó Drácula.
Microrrelato publicado en RELATOS EN CINCUENTA PALABRAS Y OTRAS MICROFICCIONES